“El proyecto Generación de bioenergía para combustión a partir del manejo forestal sustentable, busca determinar cuáles son los potenciales impactos positivos que se podrían generar con la utilización de especies invasoras leñosas como material precursor de pellets para combustión domiciliaria”.

El fuego es parte inherente del ser humano y en gran medida hoy somos la especie que somos porque en algún momento, no tan distante, nuestros antepasados aprendieron a generarlo y controlarlo. Además de proporcionar una ventaja significativa sobre el resto de animales, que por lo general lo temen, el control del fuego nos permitió manejar ecosistemas hasta el punto de sustituir amplias zonas de bosque o matorral por cultivos agrícolas. Sin embargo, no siempre se puede tener un control absoluto sobre algo tan poderoso como el fuego. Los incendios son fuegos descontrolados que causan severos daños a ecosistemas y bienes materiales, y pueden incluso llegar a cobrarse vidas.

En las regiones centrales de Chile existe actualmente una combinación de factores que favorecen la ocurrencia y propagación de los grandes incendios forestales que hemos observado en los últimos años. Además de un cambiante clima mediterráneo, con sequías que son cada vez más fuertes y comunes incluso fuera del periodo veraniego, se suma el pronóstico de que la incidencia de incendios aumente como resultado del calentamiento global. Aparte de estos factores climáticos, el gran problema asociado a los incendios en Chile es el aumento de la presión humana sobre el territorio. En este sentido, la presencia de extensas masas continuas de vegetación como el eucalipto o el pino constituyen, además de un valioso patrimonio forestal, un combustible altamente susceptible de quemarse. De la misma manera, la presencia de especies invasoras leñosas en predios forestales, márgenes de carreteras, caminos y cortafuegos, suponen un riesgo de propagación de los incendios forestales, ya que se trata de especies fácilmente combustibles que pueden alcanzar una altura significativa y formar densas masas de vegetación.

Las especies invasoras leñosas se suelen establecer en un ecosistema de forma progresiva y adquieren su grado máximo de expansión en los años posteriores a una perturbación importante como un incendio forestal o una corta significativa del arbolado. Estas formaciones vegetales incluyen especies tales como la retamilla, el espinillo o el aromo, las cuales son plantas leguminosas muy eficientes para instalarse en terrenos degradados ya que son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico a través de nódulos en sus raíces, lo que les confiere una ventaja competitiva sobre el resto de especies. Una vez que esta vegetación coloniza el paisaje, su eliminación resulta muy complicada. Para el control de la misma se suele recurrir al desbroce (manual y/o mecánico) y a la quema, lo que suele generar nuevas invasiones, posiblemente más vigorosas ya que el fuego facilita la germinación de las semillas de estas especies. Además de promover un rápido desplazamiento de las llamas, estas especies invasoras leñosas posibilitan la continuidad vertical del combustible, ya que ponen en contacto el estrato herbáceo o arbustivo del ecosistema con las copas de árboles, pudiendo provocar el temido incendio de copas, que resulta tan devastador y difícil de extinguir.

En este contexto, parece oportuno tratar de generar acciones que transformen lo que hoy en día es un serio problema ecológico en una oportunidad que genere múltiples beneficios, tanto ecológicos y climáticos, como económicos. De acuerdo a esto, surge el proyecto “Generación de bioenergía para combustión a partir del manejo forestal sustentable en la Región del Biobío” financiado por el Gobierno Regional del Biobío y que ha comenzado a ser ejecutado por investigadores de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

Este proyecto busca determinar cuáles son los potenciales impactos positivos que se podrían generar con la utilización de especies invasoras leñosas como material precursor de pellets para combustión domiciliaria. Es importante considerar que la vegetación que se quema durante un incendio, aparte de generar un impacto evidente al ecosistema, también provoca grandes emisiones de gases de efecto invernadero. Si esta biomasa en vez de quemarse durante un incendio, se pudiera quemar de manera totalmente controlada en nuestros domicilios, además de generar calor y energía, se evitaría el impacto ecológico causado por el incendio y se reducirían significativamente las emisiones netas de gases de efecto invernadero. Uno de los objetivos específicos de este proyecto es el estudio de la extracción de biomasa de especies invasoras leñosas como tratamiento de reducción de combustible y su potencial para mitigar los incendios forestales.

 

 

 

 

Doctor Gustavo Saiz, Ph.D. Gestión de Recursos Ambientales, académico Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC).