Los sistemas estuarinos son ecosistemas costeros se caracterizan por la mezcla existente entre agua oceánica y agua dulce proveniente del continente, lo que genera una segmentación vertical, también llamada estratificación, de la columna de agua, lo que se traduce en menores salinidades superficiales, debido al aporte de agua dulce. Los fiordos han sido estudiados en el mundo principalmente por ser ecosistemas sensibles a los efectos del cambio climático, debido a su alta tasa de secuestro de carbono y eminente derretimiento glacial. Particularmente, el aumento de la temperatura global y los cambio en los regímenes de precipitación, han sido ampliamente documentados en la Patagonia Chilena como factores que afectan de manera significativa el delicado equilibro de los ciclos biogeoquímicos en estas zonas.

Los antecedentes anteriores motivaron a la Magíster en Medio Ambiente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Bióloga y Profesora de Enseñanza Media, Mg. Andrea Iturra, realizar el proyecto titulado “Caracterización de la Influencia Estuarina en el Seno de Reloncaví en Chile Austral y su relación Hidroclimática”, bajo la dirección del Académico de la Facultad de Ciencias UCSC e Investigador del Centro de Investigación en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (CIBAS), Dr. Sergio Contreras y el Investigador Postdoctoral de la Facultad de Ciencias UCSC y CIBAS, Dr. Facundo Barrera

Para el desarrollo de este estudio se contó con el apoyo de los proyectos Fondecyt 3180307 y FONDEQUIP EQM160167, Laboratorio de Ciencias Ambientales (LACA) de la Facultad de Ciencias UCSC, CIBAS, Dirección de Postgrados UCSC, Magister en Medio Ambiente de la UCSC y el Observatorio Marino Reloncaví-OMARE de la Universidad de Los Lagos.

La investigación se realizó en época estival y consideró muestreos de la columna de agua en dos estaciones, una ubicada en el centro del Seno de Reloncaví, lugar donde se encuentra la boya oceanográfica de propiedad del Centro i-Mar de la Universidad de los Lagos, y otra en la desembocadura del fiordo Reloncaví de la Región de los Lagos. Con ello, se evaluó la influencia estuarina describiendo la estructura físico-química de la columna de agua. Se midieron variables oceanográficas que permitieron identificar una capa superficial estuarina de baja salinidad sobre los 10 metros, en los 4 muestreos realizados. Ello es un indicador de la influencia de la descarga de agua dulce proveniente del Fiordo de Reloncaví que desemboca en esta zona. Se encontraron valores alcalinos de pH y mayor temperatura, características observadas durante los cuatro meses estudiados.

Para la caracterización de la calidad y cantidad de materia orgánica particulada, la profesional agrega que “se hizo uso de indicadores biogeoquímicos, a través de análisis elemental e isótopos, en donde el fitoplancton marino es quien predomina en ambos puntos de muestreo. Encontramos altos valores de materia orgánica como carbono orgánico y nitrógeno total, en la zona subsuperficial, que coinciden con las altas concentraciones de clorofila a medidas a la misma profundidad. Sumado a lo anterior, determinamos una mayor concentración de nitratos y fosfatos bajo los 15 metros, que podría provenir del aporte de agua sub-antártica modificada, a un mayor ingreso de estos nutrientes desde el fiordo y a procesos de remineralización de la materia orgánica. Las bajas concentraciones de estos nutrientes en la capa superficial, se explican por el consumo de organismos fitoplanctónicos”.

 Estudios complementarios

En relación a posibles estudios que profundicen lo realizado, la profesional proyecta que “existe una necesidad de realizar estudios de mayor resolución temporal como series de tiempo e instalación de boyas oceanográficas y estaciones meteorológicas midiendo variables clave (e.g. clorofila, temperatura, oxígeno disuelto, viento entre otras) en sistemas acuáticos costeros como terrestres, para desarrollar modelos integrados de los servicios ecosistémicos especialmente en sistemas de transición como los sistemas estuarinos. Esto permitiría evaluar los impactos de actividades humanas y el cambio climático, generando procesos de mitigación de sus impactos ambientales. La estrecha relación entre el ciclo hidrológico y el clima, provoca que el creciente cambio climático afecte los patrones de precipitación, temperatura, el flujo de materia orgánica y nutrientes, por lo tanto es una creciente necesidad evaluar estas variables en combinación con condiciones meteorológicas que puedan afectar la calidad del agua”.

Boya Oceanográfica del Centro i~Mar Sector Boca Fiordo Reloncaví, campaña enero 2019. Fotografía: Facundo Barrera