En el giro subtropical de nuestro océano se centra el proyecto que busca evaluar presencia y consecuencias de macro y microplásticos. Trabajo se ha realizado en el marco del crucero Cimar 26 Islas Oceánicas que financia el Cona.

Fuente: Diario Concepción

Tan excesivo ha sido el uso de plásticos, sobre todo desechables, que se han transformado en uno de los mayores problemas ambientales contemporáneos: donde se busca se encuentra plástico, hasta en los sitios más recónditos y todo el océano, donde termina gran parte de estos residuos, por diversos factores. Y aunque cuantificar cuánto hay es un reto en extremo complejo, estudios estiman que en las últimas décadas se produjeron más de 360 millones de toneladas de plásticos desechables y hay más de 5 billones de piezas plásticas en el mar.

Desafío que decidió afrontar el doctor Juan Placencia, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), a través de un trabajo con el que pretende llenar vacíos y actualizar información sobre la situación local del fenómeno global. “Plásticos flotantes en el giro subtropical del Pacífico Sur: abundancia, distribución, temporalidad y consecuencias en la biota marina” se titula el proyecto que como coinvestigadores tiene a los doctores Iván Hinojosa, de la Facultad de Ciencias Ucsc, y Martin Thiel, de la Universidad Católica del Norte, y la colaboración de la ONG Plastic Oceans. Este se enmarcó en el crucero Cimar 26 Islas Oceánicas, financiado por el Comité Oceanográfico Nacional (Cona), entidad de la Armada de Chile, y se realizó a bordo del buque científico AGS61 Cabo de Hornos, recientemente.

La inquietud

El grupo se embarcó entre junio y julio para ser parte de una travesía de 32 días, zarpando desde Valparaíso en dirección a Isla de Pascua, en un trayecto que recorrió más de 10 mil kilómetros y consideró 41 estaciones oceanográficas para observar y muestrear. Dicha isla oceánica junto con Salas y Gómez, destaca Placencia, son áreas marinas protegidas y están en el giro subtropical del Pacífico Sur.

“La idea es observar la abundancia, cómo se distribuyen y cómo ha cambiado su concentración en el tiempo”, explica sobre los objetivos principales del estudio de plásticos flotantes. Y el interés de hacer la evaluación surgió como necesidad. Lo primero que enfatiza el científico es que estudios internacionales han evidenciado que la concentración de plástico flotante ha aumentado en los giros subtropicales del Atlántico Norte y Pacífico Norte, que actuarían como zonas de acumulación por efecto de las corrientes marinas. En 2018, el doctor Thiel hizo un estudio en el área que evidenció la presencia de basura plástica. Así, por lo que pasa en otros puntos, por el paso del tiempo y el aumento del uso y desecho de plásticos, especialmente por la pandemia de Covid-19 que obligó al masivo empleo de elementos de protección personal como mascarillas, urgía evaluar in situ la realidad.

Resultados

A bordo del barco, los científicos avanzaron en evaluar la basura de macroplástico o gran tamaño. Y si bien falta procesar datos, Juan Placencia cuenta que “encontramos algunas piezas de basura plástica como redes flotantes y trozos de plásticos, pero no se observó de forma regular ni tampoco en un lugar en específico”, por lo que cree que la cantidad “podría ser similar o menos” que lo antes hallado. Agrega que “esperábamos encontrar basura relacionada con la pandemia, como mascarilla y guantes, y vimos una sola mascarilla en el viaje”.

Resultado preliminar positivo desde el punto de vista medioambiental, pero el académico reconoce que faltan análisis más complejos y específicos por hacer que son más complejos que todavía pueden traer muchas malas sorpresas en relación con la presencia de microplásticos, fragmentos menores a 5 milímetros de diámetro que pueden ser de origen primario (fabricados en ese tamaño) o secundarios (fragmentación de plásticos mayores por distintos fenómenos). En esta materia, agrega que, además de evaluar microplásticos, se propusieron “estudiar contaminantes orgánicos en el agua, que tienen relación con el plástico, porque puede absorberlos y transportarlos”. Esa razón, que pueden ser consumidos por distintos organismos marinos y que son de cada vez más amplio uso en distintas industrias hacen que los microplásticos sean el mayor problema dentro del gran problema del plástico, motivando muchas investigaciones sobre sus efectos.

Impacto

Sobre el potencial de impacto de los resultados de su proyecto, más allá de aumentar la información científica disponible, es que podrá mejorar la comprensión de la situación actual y orientar qué acciones pueden ser necesarias como solución desde la toma de decisiones y políticas e impulsar el aporte ciudadano. De hecho, la idea de colaborar con Plastic Oceans es potenciar la labor de la ONG que se dedica a la educación, activismo y ciencia para concientizar el uso del plástico en el mundo. “Este tipo de información tiene que ir para allá: más que favorecer a la ciencia favorecer a la sociedad, crear conciencia con evidencia”, cierra.