Cuatro expositores se presentaron en el encuentro organizado por el Magíster en Medio Ambiente.

Cuestionarse los efectos ambientales de distintos fenómenos, tanto naturales como causados por ser humano, fue la invitación que hizo el V Seminario del Magíster en Medio Ambiente “Mitigación a los incendios e impactos de la sequía y desalinización”, que contó con la participación de más de 50 asistentes, entre ellos académicos, investigadores y estudiantes de pre y postgrado de las Facultades de Ciencias y de Ingeniería.

El encuentro contó con la participación del Académico de la Facultad de Ciencias del Mar y de Recursos Naturales de la Universidad de Valparaíso, con el tema “¿Tiene impacto la desalinización? Desalación y medioambiente marino”; Fernando Veloso, con la exposición “Propuestas de gestión del paisaje de la interfaz urbano-rural de la Región del Biobío, Chile, para mejorar su resiliencia a los incendios forestales”; Macarena Garcés, con “Implicancias de la evolución morfológica del humedal Lega en la acuicultura del pelillo a partir del terremoto de 2010”; y Brian Torres, quien presentó “Evaluación preliminar de la aplicabilidad de supresor de polvo biodegradable, formulado en base a aceites usados de cocina”.

Plantas desalinizadoras

En su exposición, el biólogo marino y Doctor en Ciencias de la Ingeniería, mención Química área Biotecnología, Humberto Díaz, se refirió a los efectos de las plantas desalinizadoras sobre el mar. La desalación consiste en un proceso en el que el agua de mar se somete a un tratamiento en que se desala para convertirlo en potable, devolviendo (al mar) un agua con una concentración salina mucho mayor. La salinidad de agua de mar se mide en PSU (unidades prácticas de salinidad).

“Para ejemplificar, si se toma dos litros de agua de mar para desalinizar, se genera un litro de agua potable para uso industrial y otro litro que es de salmuera. Si el PSU de esa agua de mar inicial era de 34, la que se emite es de 68 o 70 PSU. La clave para evitar tener un impacto negativo es contar con un sistema de descarga que permita diluir esa salmuera lo antes posible para no afectar la biodiversidad. Esto se ha resuelto bastante bien a través de la implementación de boquillas especiales, con una turbulencia que permite la mezcla de la salmuera con el agua de mar. Sin embargo, lo que no se ha podido resolver es lograr que en el proceso de captación de agua de mar se capture la menor cantidad de organismos planctónicos (fitoplancton y zooplancton), que al ser microscópicos no logran ser retenidos por los sistemas de filtrado”, explicó.

Se trata de un desafío que, tanto las industrias como la tecnología, deben abordar, sobre todo con el aumento de proyectos que requerirán de contar con agua desalinizada, como lo son las plantas de hidrógeno verde.

“Actualmente hay 15 proyectos de hidrógeno verde solo en Magallanes. Este tipo de proyectos, que conllevan puertos para la distribución y plantas desalinizadoras, deben someterse a estudios de impacto ambiental, que tienen una herramienta de análisis de efecto sinérgico, que exige considerar en el análisis el impacto que genera la presencia de otras industrias del entorno. Me preocupa la cantidad de proyectos que existen para el sur de Chile, además de que no hay normativas para agua de mar ni para sedimentos marinos. Pero soy optimista en que va a haber muchas herramientas que se van a tener que poner al servicio de este desafío. No hay proyecto que no genere impacto ambiental, lo que se evita no es que no haya impacto, sino que este impacto no sea significativo en el medio, y eso es lo difícil”, agregó el Dr. Humberto Díaz.